Las Marismas de Sanlúcar

Introducción y Origen

Marismas

Las marismas de Sanlúcar de Barrameda se pueden considerar como una parte sustancial de un macro-espacio conocido como Marismas del Guadalquivir. Este espacio general, de unos 2000 km², coincide en su mayor parte con los límites del antiguo Lacus Ligustinus. Esta llanura de aspecto plano, próxima al nivel del mar, acaba inundándose parcialmente en la estación lluviosa y se convierte, en épocas secas, en un desierto horizontal con la superficie de arcillas quebrada.

La colmatación del antiguo Lacus Ligustitnus se estima que pudo suceder en torno al s. I a.C. Tras un complejo proceso geológico que se inició en el cuaternario, las zonas que anteriormente ocupaban las aguas dieron paso a la formación de las tierras de colmatación que hoy conocemos como las marismas de Sanlúcar.

Actividad y uso de las marismas

La propia naturaleza de las marisma (salinidad del terreno e inundación), hizo que a lo largo de la historia se marginara este espacio para uso agrícola, además, la presencia endémica de enfermedades como el paludismo no favorecía al asentamiento de comunidades en zonas de marismas. No obstante, si mantuvo un uso ganadero de forma continuada. Al menos, así se recoge en los acuerdos de la Actas Capitulares del s. XVI del cabildo sanluqueño, donde existe abundante documentación de pleitos entre Sanlúcar y Trebujena por el uso de las marisma con finalidad pecuaria.

Ya en el s. XIX, y sobre todo en el s. XX, se aprovecharon con mayor incidencia las tierras de las marismas, sobre todo las situadas en la margen izquierda del Guadalquivir, quedando las de la margen derecha dentro del Espacio Natural de Doñana.

Fauna

Flamencos Río
Entre las más de 150 especies de aves que circundan la marisma destacan las aves pescadoras de aguas semiprofundas como los somormujos, patos marinos, cormoranes, gaviotas, además de aves de aguas someras típicas de los ecosistemas de marismas que aún hoy día se mantienen en el Espacio Natural de Doñana como el flamenco, la cigüeñela, la avoceta, el pato colorado, el ánsar común, la cigüeña blanca y la cigüeña negra.

<< Volver a Patrimonio Cultural y Natural