La villa de Sanlúcar en el siglo XVI era deficitaria en la producción de trigo, pues sus tierras de marismas no eran las más apropiadas para su cultivo y la mayor parte del suelo agrícola era utilizado para la vid, más rentable desde el punto de vista comercial.
La escasez de trigo acarreó la miseria en la población, situación que se agudizó en 1522, año de profunda hambruna, pues las condiciones meteorológicas no fueron las más favorables para la agricultura en todo el territorio andaluz. Es un periodo lleno de penurias en el que una epidemia de peste se ceba con los habitantes de Sevilla recorriendo todo el sur peninsular, alcanzando la villa de Sanlúcar. De ello tenemos constancia en el Archivo Municipal de Sanlúcar de Bda. Acta capitular 14 de marzo 1522, folio 23/23V/24, Acuerdo I. Libro I signatura 4703 (1522-1527). Informe de Pedro Guillen, regidor al Cabildo sobre la carestía del trigo, de las necesidades y penurias que asolaban la población de Sanlúcar por la epidemia:
…vecinos y viudas pobres andan pidiendo limosna por el pueblo muchos de ellos y otros son y ydos y otros son muertos.
El Concejo se encargaba del abastecimiento de trigo para Sanlúcar y en estos momentos de escasez importaba trigo de los lugares colindantes, por ejemplo Trebujena, y de otros más lejanos como Sevilla.
Los años de mala cosecha volverán a castigar a la villa en 1529, 1530, 1536, 1538, 1539, 1540. Durante todo el siglo el Concejo tomará medidas para la provisión de trigo, como incautar el que transportaban los barcos que fondeaban en los puertos de Sanlúcar obligándolos a vender la carga a los vecinos; se facilitaba la venta de este cereal procurando condiciones optimas como bajar los impuestos o la construcción de un pósito, granero o almacén, que proveyera a los vecinos; así como de panaderías para dar pan a caminantes, pobres y extranjeros.
Como curiosidad, una de las medidas recogidas en el Archivo Municipal de Sanlúcar de Barrameda dice que debían salir los vagabundos de la villa. …Expulsar del pueblo a los vagabundos, puesto que eran bocas inútiles
En este siglo sólo ejercían la labor de panadera las viudas pobres del pueblo, y su venta la llevaban a cabo las “trezeneras”, jóvenes mujeres de buen parecer que vendían los panecillos. En 1522, éstos, no debían ser de peso inferior a 8 onzas y su precio de 4 maravedíes. (Libro I del Acta Capitular, Signatura 4703. (1522-1527). Año 1522, 7 de marzo folio 20. Archivo Municipal de Sanlúcar de Barrameda).
Aunque en muchas ocasiones los vecinos de la villa se quejaban pues el precio al que se vendía no era el estipulado (más la problemática del hambre), así lo declaró uno de los regidores, como aparece recogido por A. Moreno Ollero:
…Asy como en el nacer y morir son los onbres iguales, no menos en el comer y otras operaciones naturales, y en tiempo de tanta necedidad padecen mayor trabajo las criaturas por la poca razón que en ellas ay y los trabajadores por su trabajo, de donde procede que estas dos maneras de personas y en los pobres es visto padecer por hanbre mucho daño, como en sus rostros lo muestran, y han padecido mucho y padecen muerte, como es notario en esta villa; y porque este noble ayuntamiento es obligado a proveer y remediar, maxime en el caso de pan y carne, digo que los positos hechos para dar el pan cocho que vuestra mercet han proveido no puede repartir ni satisfacer igualmente a los vesyino y personas que viven en esta villa y el pan que ellos se da porque sy a un vesyno que tiene quatro y cinco y ocho bocas, se le dan otros dos lo qual es caso desigual y no bien proporcionado…